Uno de los principales inconvenientes de los sistemas convencionales de climatización es la presencia de aire seco en una estancia de la casa. Esto se debe a las altas temperaturas superficiales que desprenden los radiadores y también a las corrientes de aire.

Este factor no supone simplemente una molestia, sino que también puede generar un perjuicio para nuestra salud. Una de las soluciones más efectivas para acabar con el aire seco es la instalación del suelo radiante.

Se trata de una red de tuberías dispuestas debajo del suelo de la casa. Por las tuberías, circula agua fría o caliente. Por eso, el sistema genera frío o calor a través del suelo.

Ventajas de la calefacción en el suelo

La instalación de los sistemas de climatización por suelo radiante impide la presencia del aire seco y consigue que la temperatura ambiente pueda bajar hasta 2 grados más que con los radiadores convencionales. Este método supone un gran ahorro de energía y regulariza el porcentaje de humedad en el aire.

Además, estos sistemas de climatización aumentan la calidad del aire exterior e interior debido a que no generan olores, vapores o combustión. Tampoco producen humos ni contaminación, ya que se trata de una energía limpia.

Entre las ventajas más destacadas de este sistema, figuran la minimización del polvo en suspensión y la reducción del tiempo necesario para limpiar ese polvo. Es suficiente con pasar la mopa o el aspirador, con lo que evitamos la limpieza incómoda de los aparatos de aire acondicionado o de los radiadores.

Otro de los aspectos positivos es la reducción de la humedad en las alfombras y moquetas. Por tanto, eliminamos el espacio donde se reproducen los ácaros, cuyos excrementos causan frecuentes alergias. Se ha demostrado que el número de ácaros en los colchones y moquetas es menor cuando hay un sistema de calefacción radiante.

No obstante, sin duda, una de las características más valoradas por las familias es el confort térmico que ofrece la calefacción en el suelo, ya que asegura una distribución adecuada del calor en toda la estancia de una manera uniforme. Crea un ambiente agradable en todos los espacios. Además, el sistema también incorpora termostatos que regulan la temperatura. En algunos casos, también podemos regular la temperatura a través de aplicaciones móviles.

Puesto que la totalidad de la instalación se encuentra bajo el suelo, este sistema contribuye con una completa libertad arquitectónica. Permite que nuestro espacio esté libre y sea aprovechable en su plenitud. El aislamiento termoacústico es un valor añadido en este tipo de sistemas. En algunas instalaciones, se incorpora un material aislante.

Desventajas

El principal inconveniente de la instalación de suelo radiante es su precio. No obstante, este medio de climatización contribuye a amortizar la inversión inicial a medio plazo y, en ocasiones, también a corto plazo.

Por otra parte, la instalación requiere obras. Por esta razón, normalmente, es más recomendable para nuevas construcciones o rehabilitaciones integrales. Eso sí, existen algunos sistemas radiantes para suelos dirigidos específicamente a las reformas. Son opciones especiales donde se reduce el coste y el tiempo de instalación.

La instalación del suelo radiante en una vivienda conlleva una serie de mejoras evidentes para el espacio. Evita el aire seco, aumenta la calidad del aire, minimiza el polvo en suspensión y reduce el tiempo de limpieza.

A su vez, disminuye la proliferación de ácaros y sirve para distribuir el calor de una manera uniforme. Contribuye con el aprovechamiento total del espacio en el que implementemos la calefacción. Sin duda, hablamos de un sistema efectivo y funcional.

En Gycoosa estamos especializados en la instalación de suelo radiante en viviendas en Madrid. Si está interesado no dudes en pedir presupuesto sin compromiso.

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